"Alan Moore hace una distinción, muy impopular hoy día, entre el arte y la industria del entretenimiento. La confusión general, que él califica de trágica, apunta hacia una utilización perversa del arte instrumentalizado como publicidad, eludiendo con ello la tarea del chamán de transformar conciencias para, en su lugar, aturdirlas y tranquilizarlas, aceitando así la fábrica de siervos con un pensamiento único y simultáneo".
FISHANDFREAK
Oleo y agua sobre papel, W&N. 59,4 X 42 cms. Radiografía autobiográfica de mi entorno social cercano con un cierto proceso de descontextualización y poética delirante....
El autorretrato es un género histórico, un ejercicio individual y reflexivo, experimental y onanista, un ejercicio profundo que no solo implica retratarse el rostro o la expresión del momento como dicen muchos manuales, es desarrollar un autoconocimiento exhaustivo del entorno y sus consecuencias, de lo que te rodea: familia, amigos, museos, libros, enfermedades, etc., tanto a priori como a posteriori. En el caso de FISHANDFREAK, no es un autorretrato clásico, el autor es el referente pero no su representación, su propia imagen física (exceptuando algún caso en los que aparezco acompañado) sino su entorno cercano, la gente que lo rodea y el momento banal e incluso cotidiano, ninguno de los retratados es consciente de esa posibilidad, ninguno ha posado para ello, nadie de mi entorno autobiográfico sabe cuándo ni cómo puede aparecer su rostro en Facebook y mucho menos que frase, título o reflexión lo acompañará como pie de foto. Siempre es una sorpresa que espero sea de su agrado, pero me importaría un pimiento que no lo fuera, no es un encargo... Para ello recurro a mis archivos fotográficos de momentos banales y sinceros, sin trascendencia, como una fiesta de verano, el cumpleaños de mi hija Olga Marina, una inauguración o un encuentro con los amigos en cualquier bar, playa, ciudad o campo, siempre, por supuesto, en las últimas horas de estos, donde la alegría y el desenfado han subido de tono.
Es quizás el fracaso iconográfico de la época digital el que confiere la forma e incluso el fondo. De esta manera consigo que el modelo no pose, no sobreactué ni se retuerza como una serpiente, no intente salir "bien" en la "foto", no hay pretensiones y la obra adquiere un reflejo pop, del propio momento, hasta que el hecho de representar una obra que busca una cierta trascendencia iconográfica la convierte automáticamente en pretenciosa, como un urinario fuera de contexto o una mierda de artista enlatada (guardando las distancias). Es la representación banal de mi entorno, gente bebiendo, no sin cierta ebriedad en algunos casos, fumando, comiendo pipas, riendo, disfrazados, haciendo el payaso, policías vigilando el Reina Sofía etc... La propia vida.
Tengo la inmensa suerte de estar rodeado de gente en muchos casos peculiares, muy frikis!!! Pintores, escultores, poetas, cocineros, marineros, comisarios, bailarinas, actores, , funcionarios, arquitectos, galeristas, empresarios, camellos o enganchados a la heroína... Todos ellos en su conjunto me describen, me retratan, me delatan....
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